sábado, 13 de abril de 2019
El Carrusel de las Confusiones
Andrea Camilleri
Ediciones Salamandra
web: www.salamandra.info
ISBN: 978-84-9838-941-8
La pega que tienen las novelas de mi admirado Andrea Camilleri es que se acaban tan pronto que te quedas con ganas de mucho más. Esta hace la vigésimo octava novela de la serie de Salvo Montalbano, un policía siciliano con un ojo clínico para descubrir los casos más difíciles que son todo un catálogo de las codicias humanas.
Camilleri ha ido adaptando los relatos a la edad de Montalbano, su pérdida de percepción policial se debe a los años y él lo lamenta y se da cuenta, a diferencia de otras novelas anteriores y que empieza a ser ya algo habitual, Livia la pareja de Salvo cada vez aparece menos en la vida de Salvo, sigue estando pero pesa menos en la narración; en cambio si siguen apareciendo los eternos Catarella, Mìmi Augello o Fazio, el forense Pasquano o el fiscal Tommaseo, en fin, los personajes policiales necesarios para poder elaborar una novela negra. Entre esos habituales está para mi disfrute está Enzo, dueño de la trattoria donde come el comisario todos los días, la descripción de sus platos son todo un deleite para mis papilas gustativas coma lo que coma; los antipastis o las frituras de calamares o salmonetes de roca son toda una tentación; porque siempre lo digo y lo seguiré diciendo, los escritores de novela negra mediterráneos hacen personajes que disfrutan de la vida, ya sea con un cigarrillo al final del puerto, un plato de pasta con tinta de sepia o un pastel con un vasito de licor, un disfrute del que te hacen cómplice, nadie se lamenta de su mala suerte por un antepasado turbio o un pasado poco afortunado; la vida es como viene y así la toman y por eso sus novelas son tan próximas, tan cercanas a hechos que podemos ver en cualquier diario; habrá quienes prefieran un asesinos en serie a los que sus padres les pegaban con una correa porque no se comían los potitos y les daban baños de agua fría con hielo por hacerse pipí en la cama pero deben ver que en la literatura escrita por autores del mundo "católico" la culpa es personal, no se responsabiliza a nadie más de lo que hace uno mientras en países de cultura anglosajona tienden a buscar a un tercero que a mi personalmente me pone enfermo; es curioso que el último thirller que he leído van por ahí los tiros y es una escritora española o por lo menos es lo que denota su pseudónimo.
Dos extraños secuestros en donde las mujeres secuestradas son liberadas casi inmediatamente después de haber sido dormidas con cloroformo y sin daños llega a las manos del comisario Montalbano, solo tienen en común que ambas trabajan en banca, un tercer caso aparentemente igual pero en el que la joven es herida con unos cortes y la desaparición de un hombre que vuelve de pasar sus vacaciones con su nueva novia desde Canarias alteran la tranquila vida del pueblo de Montelusa.
A medida que avanzan las investigaciones todo cada vez es más confuso y la aparición de dos cadáveres y la aparente implicación de la mafia no hace si no más que complicar todo más. Salvo a pesar de los años, no ha perdido su olfato, quizás se sienta mayor y algunas formas nuevas como la de poder irse de vacaciones tramitando todo a través de internet se le escapen, pero los pecados de los hombres, su vanidad, sus miedos y deseos son siempre los mismos y el comisario Salvo Montalbano está ahí para desentrañarlos.
Me gustaría hacer notar la lucha de cierto personaje con la banca que puede que alguien haga analogías fácilmente, el como la mafia está tan metida en el ADN de la vida de Sicilia con sus extorsiones, el papel que pueden hacer los medios para resolver los casos algo de lo que Montalbano suele aprovecharse.
Catarella estará en su papel como siempre, con esas patadas al hablar tan particulares y confundiendo todos los apellidos y nombres del santoral, Mìmi con sus líos de faldas o mejor dicho, su papel de seductor que siempre puede venir bien o la animadversión del forense y el comisario; ese aspecto se mantiene pero porque es una constante en las novelas de la serie, pero a pesar de ser como siempre, los casos siempre distintos hacen que este personaje sea tan adictivo y atractivo a la lectura.
Una delicia como siempre, tanto para los adictos al siciliano como para los recién llegados. No perdáis la ocasión de conocer sus novelas si aún no habéis leído algo de él, advierto, se acaba en un tris.
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