sábado, 18 de junio de 2016

Una Primavera de Perros



Antonio Manzini
Ediciones Salamandra
ISBN: 978-84-16237-14-2


Ya vamos por la tercera novela del subjefe de policía Rocco Schiavone y de las que las dos anteriores ya habéis tenido noticias en este blog no hace demasiado; seducido por sus anteriores novelas me lancé como un perro hambriento a por esta última novela sabedor que difícilmente podría decepcionarte porque el personaje principal tiene ciertos elementos que me gustan y seducen, como he apuntado en las anteriores novelas tiene mucho del comisario Montalbano de Camilleri pero este Rocco Schiavone es más sombrío, tiene un lado oscuro más duro que Montalbano -que no tiene ninguno- y carece de ese atractivo disfrutar de de la vida del siciliano que a mi me encanta y a pesar de todo Schiavone también te seduce con sus métodos y formas, con sus porros matutinos y su forma de tratar a sus subordinados.
En esta tercera novela vamos a poder profundizar más en la personalidad del subjefe Schiavone, un tipo que si no calza unos Clarks parece que no es persona y precisamente en un lugar donde la lluvia o la nieve puede arruinar un par cada hora tal y como casi le pasa al subjefe, pero su agrio carácter no es así por los zapatos, si no por su pasado romano y mucho y lo descubrimos poco a poco con cada novela, un tipo que reniega de este paraíso alpino añorando su amada Roma -yo no solo por él que quede claro-
La primavera asoma ya en el vallo de Aosta, lugar del exilio de Rocco, han sido nueve meses duros de frío y algunos casos de gran "tocada de huevos" -ver la escala de tocada de huevos que es genial y que ha elaborado Italo de la experiencia de trabajar con Rocco-, nueve meses en los que ha destrozado una cantidad enorme de Clarks y no tantas relaciones con la mujeres de Aosta pero démosle tiempo a Rocco que seguro iguala el número de ambas cosas; estando la primavera a punto de estallar reciben la noticia de un caso de una furgoneta accidentada con sus dos ocupantes muertos, un aparente caso de tráfico que no lo es al comprobar que la matrícula de la furgoneta era falsa. A su vez una bella joven hija de una familia influyente de Aosta desaparece de una discoteca, ambos casos sin conexión podrán a trabajar al subjefe con sus mermados subordinados -Catherina está con gripe- para localizar a la joven y lo que pondrá en evidencia es que en un pueblo pequeño es que todo está interconectado de un modo u otro, ya sea la panadería como mentidero oficial de la comunidad o la sucursal bancaria como cruce de caminos entre prestamistas y extorsionadores.
Lo que podrá comprobar el subjefe es que la miseria de la gente es la misma en los pueblos pequeños que en las grandes ciudades, para "fastidiar" aún más la difícil situación de Rocco, amigos de Roma requieren de su ayuda para solventar un lío de celos sin saber que ayudar a esos amigos puede retrotraerle a su pasado más oscuro y doloroso y todo sin querer o poder despedirse de Marina por mucho que ella se lo pida.
Quizás la llegada de Loba "ablande" un poco a este ácido policía, lo dudo, es más, no me gustaría que lo hiciera y la muerte de la mujer de ese viejo amigo de Roma que se ha mudado por unos días a Aosta me dice que nos esperan instantes apasionantes de Rocco Schiavone. 

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