sábado, 21 de junio de 2014

Hanschichi, Un Detective en el Japón de los Samuráis



Okamoto Kidô
Editorial Quaterni
ISBN: 978-84-940301-3-0

Otro libro cosecha de la feria del libro de este año en Madrid, esta vez traigo un escritor japonés hijo de la reforma Meiji que vivió el final del siglo XIX y principios del XX, hijo de un samurái de bajo rango tuvo que realizar varios trabajos para poder subsistir, entre las que por importancia citaría autor de obras de éxito de Kabuki -teatro tradicional japonés- o corresponsal de guerra, esta segunda faceta que en realidad es anterior a la de escritor de obras de Kabuki le pusieron en contacto con obras de literatura occidental y más en concreto con la obra de Conan Doyle, esa fascinación por Sherlock Holmes les llevaron a crear a este pintoresco inspector de policía en una época donde Japón se enfrentaba a unos cambios radicales en su forma de ver el mundo y la vida con la desaparición de la casta guerrera.
El libro lo componen de relatos cortos todos ellos protagonizados por Hanshichi y que son relatados por una tercera persona que visita al anciano periodistas para que le cuente sus diferentes casos, casos que se ven empapados de los ecos del Japón feudal, con sus mitos y leyendas, sus fantasmas y sus miedos; algunos verán cierta "antiguedad" en la forma de desarrollarse las tramas pero caer en eso creo que sería un error garrafal porque se perderían la esencia colorista y costumbrista que en hay en la historia; notar la sumisión de la mayoría de los japoneses cuando tratan con el poder -algo que no ha cambiado y lo digo por experiencia personal-, la sumisión de la mujer al varón, como se mezclan las creencias budistas y shintoistas en la vida cotidiana de las personas y todo ello acompañado con una rica introducción que te sirve para ponerte en situación con lo que te vas a encontrar.
Los diferentes casos son resueltos con sentido común, no hay giros inesperados, algunos con golpes de fortuna pero que cosas no se resuelven sin un poco de fortuna ¿verdad?, con un lenguaje sutil en los que sólo algunas veces el sagaz Hanshichi tendrá que actuar con autoridad y con gran sentido del deber y algunas veces con mucha dosis de humanidad que puede chocar con ese estricto sentido del deber que a veces puede llevarles al sepukku; Hanshichi no considera nada superfluo, observador insistente y del que se podría decir eso que está tan de moda en la series de TV, que tiene un sexto sentido para señalar al culpable.
Si de verdad queréis saber como debió ser el Japón de la era Meiji, no veáis la película "El último samurái" y leeros este delicioso libro, el retrato de la sociedad japonesa es como un documental del National Geografic, con sus temores a los encantamientos por zorros o fantasmas, los miedos al Shôgun y su familia, la estricta obediencia debida, la forma de organizarse los vecindarios o los mismos bomberos -lo digo porque hasta hace bien poco Edo -Tokio- era una ciudad de madera que ardía con una tea a la mínima chispa.
Cosa curiosa es el nombre del inspector de policía y que os cuentan en la introducción y que os dejo que descubráis.
He etiquetado la entrada como novela negra y grandes clásicos porque era de difícil ubicación y porque reúne las dos cosas, pero si os parece bien y debe ir a otro sitio, acepto "pulpo" como animal de compañía.
Como resumen, para los amantes del Japón antes de la reforma, para los que quieran leer casos policiales al estilo Sherlock pero con ojos rasgados o para los que quieren inspectores de policía que se fían más de su buen criterio que de lo parece ser. 

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