Josh Bazell
Editorial Anagrama
ISBN: 978-84-339-7864-6
Pietro Brnwa adopta el nombre de Lionel Azimuth y se embarca en esta extraña expedición en donde se verá con curiosos personajes de la talla de Sarah Palin -si, la senadora y candidata a vicepresidenta-, traficantes de meta enfrentados con el cartel de Sinaola, o médicos de pueblo que diagnostican casi con decir 33 en lugar de usar aparatos médicos, el objetivo de la expedición es localizar a ese posible monstruo que se ha comido media pierna de un lugareño y dos jóvenes que estaban "frungiendo" en el bosque sin que sus amigos se dieran cuenta.
En una serie de situaciones casi absurdas, divertidas -sin llegar a la carcajada pero tremendamente divertidas- Bazel compone una historia que va desde el discurso ecologista hasta disertaciones episcopalianas, imaginar el gazpacho, pues todo eso lo hace sin perder el norte, es tan surrealista que hasta tiene cabida un episodio de Scooby Doo, es una ensalada estupenda con una ácida crítica social, con una buena dosis de violencia, sexo y sobre todo, muy divertida.
No se como serán los lagos de Michigan ni el concepto que tendrán los nativos americanos del Wendigo, pues aquí se mezcla todo, pero la hábil pluma de Bazell te mete en esa densa foresta, entre lugareños de un pueblo venido a menos que no son ninguno lo que parecen; el caso es que el posible elasmosauro que puede habitar el lago siembra la duda cuando muere uno de los participantes de la expedición y nuestro curioso doctor lo siente cuando se mete en el agua, la explicación como no podía ser de otro modo al final de la trama y no es tan espectacular como las pelis de Spielberg y no os lo desvelo para que lo disfrutéis.
Las críticas se volvieron locas con "Burlando a la parca" y todos los críticos coinciden que es un poco más floja esta segunda novela, con todo a mi me ha gustado y me encantará conocer el origen de Piero Brnwa alias Lionel Azimuth, seguro que no quedaré defraudado.
Que en la trama entre cierta crítica social, económica y de creencias religiosas y en la manera que lo ha hecho es estimulante, no da tiempo a perderse en discusiones sobre el sexo de los ángeles porque inmediatamente hay algo que obliga a pensar en otra cosa; un detalle mi yanqui que la novela nos muestra es esa imagen que tenemos y que nos reafirma Bazell de cuan distintos son los americanos de ciudad -digamos progresistas- comparados con los de "campo" -mucho más conservadores-.
Pues señor Bazell, voy a por su primera novela, no tengo excusa.
Feliz año a todos y si la primera novela del año me dice la suerte que me deparan los libros que van a caer en mis manos pues entonces estoy de suerte.
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