Stefan Zweig
Editorial Acantilado
web: www.acantilado.es
ISBN: 978-84-95359-39-1
Espoleado por la entrada de Saramaga en una de mis incursiones libreras se vino conmigo esta pequeña joya del escritor austríaco conmigo, a estas alturas no voy a descubrir el talento narrador de Zweig, es una experiencia que debe descubrir cada lector a sabiendas de que es imposible que le deje indiferente y que muchos de sus libros pasarán a forma parte de su biblioteca personal e intima desde el mismo momento en que abra la primera de sus páginas. Zweig es de esos pocos escritores que es capaz de meterse en la mente de una mujer y escribir como tal, de expresar sentimientos ajenos a él como si propios fueran e independientemente del género, yo creo que si las piedras tuviesen sentimientos y Zweig escribiese de ellas lo haría de forma sublime y siguiendo las pautas de la geología.
Zweig tiene como mérito mayúsculo el presentarnos a mujeres dueñas de su propio destino, que no precisan de príncipes ni ranas que las salven de nada, que viven sus sexualidad con dignidad y sin corsés y ojo, estamos hablando de finales del XIX y principios del XX. En pocas palabras, Zweig es un autor que debería ser de obligada lectura y para los vagos no hay excusa, sus libros -salvo los ensayos- suelen ser breves pero no por ello menos densos de trama o significado.
Este libro plantea si veinticuatro horas pueden ser suficientes para que una mujer de buena posición "tire" todo por la borda por una locura transitoria, partiendo de un hecho puntual en el una mujer casada y con hijos, Mrs Henriette, abandona a su marido y se marcha tras joven de singular atractivo que tiene cautivado a medio hotel por sus formas, esto planteará a los demás huéspedes un curioso debate entre los que censuran a la mujer y el que la defiende, este debate no pasará desapercibido a una dama británica de mayor edad y que aprovecha, dada la indulgencia del narrador para con la fugada contarle su propia vida a modo de confesor católico, un hecho parecido pasado que en realidad esconde mucho más y que parece buscar una indulgencia a su avanzada edad.
He querido ver ciertas conexiones que me gustaría comentar y ver si os han parecido una vez hayáis disfrutado de su lectura, el papel de Mrs. C -la viuda salvadora del jugador del casino- adopta el típico papel masculino de salvador, pues ella tiene posición, dinero y el joven polaco sólo tiene su atractivo manual, digamos que se invierten los papeles clásicos donde el salvador es un hombre pero con los matices de questa vez es una dama; otra cosa que también me ha llamado poderosamente la atención es lo poco que la importa saber de la suerte del joven una vez pasado el tiempo por lo que deduzco que su arrebatamiento es puramente carnal y del tipo "yo te salvo para que me lo debas toda la vida" por lo que su afección es menos sincera y por último, ¿esa justificación tan indulgente del narrador al principio no denota una suficiencia moral que cuando termina de hablar con Mrs.C se vuelve contra él?
Mi querida Saramaga dice que es fácil de digerir pero precisa de una mente abierta y con buenos muebles, aunque esto es válido para todos los libros de Zweig, bueno y con otros muchos.
Zweig compondrá el resto de la obra con unos secundarios que dan forma a la sociedad de ese momento -y de este como te descuides-, en una sociedad burguesa libre de complicaciones donde lo único que les preocupa es el que dirán, notar la despreocupación de muchos de ellos en el casino o en el mismo hotel, esa mezcla de flema británica y estiramiento moral que parece que les han metido el palo de una escoba por la espalda -no seáis escatológicos, jeje- y que sólo se descubre en las manos de los jugadores del casino por ejemplo.Habrá personas que desearían otro final más interactivo entre el narrador y Mrs. C pero a mi me gusta así, no espero un mejor final, si cabe me hubiese gustado un final más trágico para el joven polaco pero mi lado indulgente me ha hecho pensar que ya tuvo bastante con lo que decidió para sí.
No dejéis de leer a Zweig, es una maravillosa experiencia.
Veo que la has disfrutado... :-)
ResponderEliminarA mí la verdad es que me sorprendió muchísimo la mente tan abierta del escritor para la época a la que pertenece (incluso para ésta..), y sobre todo, cómo es capaz de tratar un tema así, a través de los ojos de una mujer.
Sí que tengo que decir que encontré demasiado frío el relato de la mujer, casi más como un sentimiento de compasión hacia él, que de pasíón...
Un beso!
Piensa que ella sale dolida y que la pasión se tornó odio o rabia por eso me encaja más la compasión; pero si me sorprende la frialdad con la que recibe la noticia de su fin.
EliminarBesotes.