sábado, 2 de marzo de 2019

Cuarenta y Tres Maneras de Soltarse el Pelo




Elvira Sastre
Valparaíso Ediciones
web: www.valparaisoediciones.es
ISBN: 978-84-17096-44-1


En mal momento he leído este libro, por eso creo que algunas lecturas tienen su momento y ocasión para sacarle todo el tuétano; si te encuentras en un proceso de cortar amarras o borrado "neuronal" salvo que tu cerebro tenga compartimentos estancos va a ser imposible que no te inunde y te provoque más de un cortocircuito.
Confieso que me gustó más "La soledad del cuerpo acostumbrado a la herida", quizás porque me dejaba "descansar" mental y emocionalmente entre poema y poema; en este poemario es más complicado hacerlo, salvo los poemas dedicados a su madre y a su padre, es todo un raudal de emociones amorosas, de deseos de abrazos, besos, sexo y calor que como apuntaba al principio si te pilla en un instante de flaqueza, te duelen, te hacen que la envidia sobre todo cuando la sientes enamorada y correspondida sentir una envidia desmedida que te quema; o si es tras una ruptura pone en tu boca palabras que quisiste decir y no dijiste y otra vez vuelves a sentir envidia por la forma de escribir y de expresarse de Elvira.
Los poemas de Elvira Sastre son toda una declaración y una obra completa, con planteamiento, nudo y desenlace aunque no necesariamente en ese orden, dinámicos y con una tono de voz que podemos calificar de grito:
yo no quiero
que me necesites,
quiero que cuentes conmigo
….
porque con las palabras cotidianas es capaz de expresas  sentimientos tan personales que son los que todos tenemos
me sobran las mentiras
-menos esas que consiguen
que te quedes un ratito más-,
y es más, porque  si somos conscientes de que cuando amamos -me niego a poner querer, son dos verbos que solo se parecen pero para mi no son ni sinónimos- y somos correspondidos nos volvemos mejores personas, creo que también seda el caso de cuando no lo somos.
Tres creaciones os llamarán la atención porque rompen con la estética compositiva que ha usado Elvira Sastre para los otros poemas, "Descriogenización", "Amor sexualizado" y "Perversiones bajo cero" y van seguidos, no se si por elección de la poeta o por el editor.
Me gusta de Elvira Sastre porque es capaz de ponerle letra a instantes que yo creo que he vivido o viviré, por los que sangraré seguramente en un futuro; porque no me dice que eso que ella expresa no lo pueda vivir otro, porque no da clases de exclusividad y porque para decir todo eso lo escribe con el idioma del que ama sin frenos dispuesto a que le rompan los morros.
He señalado dos poemas en concreto, el XV "Nadie lo vio" y con sinceridad, no sé el motivo concreto porque no tiene ni una sola anotación a lápiz mía como cuando algo llama mi atención por algo en particular y cada vez que lo releo no se que cosa concreta hizo encenderse la luz pero creo que es por todo, por el final, por las palabras empleadas o porque necesito llorar a alguien, en fin, que está marcado a lápiz todo él. Y el otro que es el XVI "Me duele todo el cuerpo desde que no me quieres, amor" y este va con ese momento vital personal que os comentaba.
Y una vez leído no se puede devolver, es lo bueno que tiene la poesía, que te enriquece quieras o no quieras.

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