Patros Márkaris
Tusquets Editores
ISBN: 978-84-9066-508-4
En apenas doscientas páginas, Márkaris nos contará como ha evolucionado la ciudad, como recibió las diferentes oleadas de inmigrantes griego expulsados de Turquía u otros lugares y como se adaptaron a la ciudad y el país dejando su sello, no en vano el mismo Márkaris es uno de estos hombres que nacido en Estambul tuvo que ir a una Atenas desconocida expulsado por las circunstancias, que estudió en Alemania y Austria para luego volver a Grecia.
Pasaremos por los barrios creados a finales del siglo XIX por la reciente monarquía tras la independencia de los turcos, los barrios de la nueva burguesía o los barrios más humildes y lo haremos pero no como en una guía de viajes, no, lo haremos como nos lo contaría un amigo que ha nacido allí, con comentarios como "allí se comía el mejor helado de la ciudad", el feo hormigón de las calles, la bonita luz del atardecer de Atenas, la dignidad de la pobreza cuando le das unas monedas o donde es obligatorio comer bacalao con salsa de ajo (puf son las 11 y estoy salivando).
Vamos a pasar y nos bajaremos en las diferentes paradas del "eléctrico", saliendo desde el puerto del Pireo, con sus casas de marineros que han ido desapareciendo fruto a la pérdida de importancia del tránsito naval griego (el golpe del canal de Suez debió ser terrible) y como ahora solo son griegos los capitanes porque el resto son tripulantes del sudeste asiático, pasando por el centro de la vieja y "fea" Atenas o los barrios ricos de Kifisiá, con sus altas torres de oficinas que crean una microciudad donde si no quieres salir de allí para visitar Atenas no lo harás nunca porque te "ofrece" todo lo que la vida moderna puede demandar.
Como en todas la obras de Márkaris, su toque de crítica social es evidente, ver como habla de los inmigrantes y como les exonera de toda culpa en la degradación de los barrios, responsabilizando únicamente a los atenienses de dejar a su suerte barrios que se estaban degradando y como fueron ocupados por esos inmigrantes porque era lo que podían pagar peor no porque la llegada de ellos hiciera que bajaran los precios.
Nota por si alguien me lo puede aclarar: ¿por qué ahora se ha puesto de moda la palabra migrante y no se usa inmigrante?, ¿vamos a asistir a otra expresión como entreno en lugar de entrenamiento?
Un libro interesante que a los viajeros a buen seguro les parecerá original, que les llevará a sitios recónditos y ajenos a las guías de viajeros donde el reloj del tiempo se ha quedado parado o para nuestra desgracia, es solo un decorado de lo que fue hace mucho, mucho tiempo.
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