domingo, 5 de diciembre de 2010

84, Charing Cross Road


Helene Hanff
Editorial Anagrama
web: http://www.anagrama-ed.es/
ISBN: 978-84-339-6982-8

Guiado por Carmina compré esta buenísima novela ayer por la tarde y ayer por la tarde la devoré y si, digo bien, devoré.
Perteneciente al género epistolar, para que nos entendamos como Cartas de San Pablo a los corintios pero sin tanta parafernalia, papel de Biblia y mucha menos moralina es la historia de una escritora y correctora de guiones de TV amante de los libros antiguos, construida con la correspondencia mantenida con unos libreros especialistas en ediciones agotadas de Londres se construye una alucinante historia, en ella se ve la característica flema británica en sus cartas y la socarronería de la tanto hacen gala los yanquis.
Basada en su propia historia, Helene va solicitando libros muchos de ellos que nos sonarán a chino y otros muchos no -el de Orgullo y Prejuicio para una amiga seguro que no, ¿verdad?-; otra cosa que llamará la atención es la penurias que pasaron los británicos después de la guerra mundial y que les tuvo con cartillas de racionamiento más tiempo del que imaginamos y que la divertida escritora trata de suplir con regalos que agradecen enormemente los integrantes de la librería.
Apreciar los precios de los libros y los años de las ediciones, los libros son algo para cuidar, mimar y amar porque nos llevan a nosotros dentro, el detalle de que ella aprecia los libros con anotaciones porque los encuentra más preciosos me trajo a la memoria de que yo siempre leo con un lápiz en la mano y casi ningún libro mío se libra de ser subrayado y malo si no tiene una marca.
A lo largo de los años, de 1949 que ella responde a un anuncio de la librería hasta 1969 que es la última carta se establecen una relaciones de amistad que enternecerán a más mendrugo sin caer en sentimentalismos baratos.
Como se apunta en el epílogo, cuando Hanff mandó el borrador y fue publicado exclamó que estaban locos por hacerlo, pero es una novela que yo calificaría tipicamente americana, si es que ese tipo pudiese existir.
No os la perdais, se hace cortita, es divertida, es tierna, es interesante y es que no se que más deciros para que la leais, ah  no soy familia de la escritora, jeje.

4 comentarios:

  1. jejeje Angel estas seguro que no eres pariente de Helene Hanff... bromas a parte suscribo todas tus palabras es un libro que se hace corto, pero intenso, es un libro que tardaré mucho en olvidar, yo tambien leo con un lapiz o boli en la mano, pero no anoto en los libros si no en ua libreta a parte, y eso se debe que presto mis libros y no me apetece que la gente lea mis anotaciones...

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  2. Yo te cuento un secreto, sólo dejo libros a mis hermanos y se los dejo porque se que me los devolverán, dejé la novela Sexo en New York y Psiquitras, psicólogos y otros enfermos (genial por cierto) a una amiga hace muchos años y ya se sabe lo que dicen de lo orgullosos que son los libros, que luego no quieren volver.
    Digo esto porque no me importa que estén subrayados y marcados, de todos modos al ser a lápiz tampoco es un drama.
    Creo que si por fuera, el libro electrónico se extinguiría, jaja.
    Un fuerte abrazo.

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  3. Me encantó este libro. Y yo también uso el lápiz ... subrayo las erratas y/o faltas de ortografía y señalo las frases que me gustan. No dejo los libros tampoco (excepto a mi madre y hermanos) por aquello de que no vuelven.

    Saludos!

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  4. Hola Rosalía, bienvenida a tu casa.
    A mi encantó y creo que porque tengo algo de amante de los libros y me refiero a los libros de papel y no a los electrónicos, si es por mi, ese invento del diablo nunca habría visto la luz.
    Y tienes razón, los libros son muy suyos, cuando los prestas son tan orgullosos que ya no quieren volver con uno.
    Que tengas un bonito martes.

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