domingo, 25 de junio de 2023
Física Cuántica y Relativista
domingo, 18 de junio de 2023
Los Misterios de la Taberna Kamogawa
Primera de una serie de novelas de una agencia de detectives culinarios, si digo bien, culinarios, que harán las delicias de todos los amantes del país de sol naciente y los de la comida nipona. Una novela deliciosa que combina sabores pasado de los clientes de la agencia y cocina moderna, deliciosa por la comida en si, deliciosa porque es una historia tierna y dulce, deliciosa porque es de esas novelas niponas repletas de sensaciones que excitan los sentidos de forma sutil y cálida. Muy importante, no es necesario conocer los platos cocinados para disfrutar de la trama, es lo de menos, honestamente yo no conocía nada de nada con excepción de la ternera y un plato a la "napolitana" que yo no habría comido ni borracho y eso que la comida italiana me encanta pero es como la paella que encuentras en Londres, que a cualquier cosa le llaman paella.
Un restaurante oculto de Tokio que no se anuncia a la calle y que solo sale en una publicación gastronómica especializada pero sin dirección concreta ni nada, encierra esa filosofía tan nipona de que los que han de encontrarse en la vida, lo harán, es regentado por un padre, Nagare,y su hija, Koishi, Nagare es viudo y antiguo policía pero cocinero experto y con una extraña capacidad de cocinar los platos que le demandan sus clientes por extraños, antiguos o poco definidos, para ello se sirve de su hija que los entrevista y trata de averiguar cualquier detalle que le ayude a conocer los ingredientes o la forma de cocinarlos. En seis casos distintos, con seis protagonistas diferentes, padre e hija en dos semanas -excepto en uno de los casos que es apenas una sema el tiempo que dispondrán para resolver el enigma- serán capaces de cocinar esos platos del pasado; para ello Nagare viajará a los lugares de origen, se entrevistará con personas próximas a sus clientes y con los siempre escuetos y pocos datos que le facilitará el cliente será capaz de cocinar esa delicatesen que buscan, delicatesen o plato de la infancia o pasado que recuerdan pero que no son capaces de volver a saborear en ningún otro sitio. Además de agencia culinaria es a su vez restaurante, pero un restaurante muy atípico, sin carta y donde comes lo que te pone el cocinero -y esto ya lo he leído y visto en más sitios-.
Seis casos que siguen el mismo esquema, la entrevista con el cliente que expresa que busca y la segunda parte que come y le explican como han llegada a la resolución de caso, como buen nipón la narración es sutil, detallada y repletas de sensaciones, hasta un gato callejero es un personaje más que forma parte de cada historia, breve porque es una novela breve creo que tiene el metraje justo para no "empacharte" y dejarte con ganas de querer leer más pero no necesariamente de forma inmediata, un punto para quien partió en ese punto, habrá que ver las siguientes entregas que sospecho que seguirán el mismo formato.
Es una pena no conocer más de la cocina nipona porque seguro que disfrutaría aún más con la lectura y al ser algunos platos o especias muy locales seguro que hasta los expertos den cocina también andarán perdidos, pero como decía, no os perdáis en ese detalle, dejaros envolver por los aromas, el calor de las sopas, la ternura de una carne de ternera o un sorbo de té, eso es universal, no hace falta que sea de la prefectura de Osaka, Okinawa o Kioto. En resumen, una delicia para todos los sentidos.
domingo, 11 de junio de 2023
Lugares Donde Quienes se Amaron se Amaron Mucho
Es comprensible la rebeldía juvenil, el no seguir la senda de los que han transitado por esos caminos antes que tu por eso no entiendo esa fijación con Shakespeare El Malvado como lo cita él, palabra que no lo entiendo, ayudarme a hacerlo si lo veis vosotros, vamos que es para él más inspirador la música pop y Madonna que un soneto de Lope, Espronceda o el mismísimo Lorca y todo es posible, pero a mi no me pasa eso; soy de una generación que ve más rico un cuadro de Guido Reni que de Moundrian y tenemos derecho a ello, nosotros no inventamos el arte, ni la literatura pero la disfrutamos también, amamos como los jóvenes adolescentes, nos duelen las ausencias y sin embargo no despreciamos como si parece que hacen los jóvenes poetas las formas de sentir de los que somos tan mayores.
No se si alguno de los novios sobre los que Héctor versa tendrán sitio en su baúl de recuerdos, cuando se ama solo en temporada no se suele tener mucho espacio para los recuerdos y es curioso, somos los viejos los que tenemos que vivir el presente porque no sabemos que futuro nos aguarda porque está mucho más limitado en el tiempo que el de los jóvenes y son ellos los que escriben del presente como si no hubiera un mañana, ¿lo estaremos "viviendo" mal nosotros?.
Trato de no sentirme un extraño cuando leo versos, quiero que se metan en mi, no busco finales tristes en un poema -título de uno de ellos de este poemario-, busco en mi memoria instantes parecidos para que sean un bálsamo para mi alma pero con este poemario me he sentido como un invitado ajeno y casi molesto, la empatía ha desaparecido para no volver y estoy seguro que es culpa mía, pero no había forma de que pudiera "bailar" con ninguno de los poemas, yo que soy un tipo que ama el verano, el agua, esperaba que en alguna de esas praderas en las que Héctor estaba con su amor jugando con su pelo, hubiera algo de mi y una novia del pasado que me hiciera sentir algo parecido y que va, yo nunca dije "que guapa era", ni jugué con sus rizos y sin embargo si amé, amé con la locura del adolescente o del joven que sabe que no eres el elegido. Leerlo y ya me contaréis, a ver si el problema está en mis canas, jeje.
sábado, 10 de junio de 2023
No me Gusta mi Cuello
El Espíritu del Ciervo
Legión
sábado, 3 de junio de 2023
Inmigrantes de Segunda